En las relaciones hay dones
masculinos y femeninos, y cada don va acompañado de su propia
responsabilidad.
La dirección de crecimiento de una relación es fundamentalmente una responsabilidad masculina.
La energía de una intimidad —placen flujo sexual y vitalidad— es fundamentcdmente responsabilidad de la mujer
De manera simplificada podemos decir que el hombre es responsable de la profundidad del amor de la mujer, o de la apertura de sus estados de ánimo, y la mujer es responsable de la «erección» del hombre o de su energía corporal.
La dirección de crecimiento de una relación es fundamentalmente una responsabilidad masculina.
La energía de una intimidad —placen flujo sexual y vitalidad— es fundamentcdmente responsabilidad de la mujer
De manera simplificada podemos decir que el hombre es responsable de la profundidad del amor de la mujer, o de la apertura de sus estados de ánimo, y la mujer es responsable de la «erección» del hombre o de su energía corporal.