La eternidad debe ser el
hogar del hombre, momento a momento.
Sin ella, él está perdido, siempre esforzándose, siempre agarrándose a volutas de humo.
Un hombre tiene que hacer todo lo necesario para entender y, después, estabilizar este resultado siempre nuevo y organizar su vida en torno a él.
Sin ella, él está perdido, siempre esforzándose, siempre agarrándose a volutas de humo.
Un hombre tiene que hacer todo lo necesario para entender y, después, estabilizar este resultado siempre nuevo y organizar su vida en torno a él.