Nunca hay escasez de mujeres
o de energía femenina.
Si un hombre siente que no hay mujeres suficientes, o que la vida no le está dando lo que desea, simplemente está negando su relación con lo femenino.
Esta sensación de morirse de hambre —«la vida no me está sustentando» o «no hay buenas mujeres»— suele tener su origen en las relaciones infantiles con la madre.
La vida misma es lo femenino. Nunca hay escasez de energía femenina, sólo una resistencia a recibirla, a confiar en ella y a abrazarla.
Si un hombre siente que no hay mujeres suficientes, o que la vida no le está dando lo que desea, simplemente está negando su relación con lo femenino.
Esta sensación de morirse de hambre —«la vida no me está sustentando» o «no hay buenas mujeres»— suele tener su origen en las relaciones infantiles con la madre.
La vida misma es lo femenino. Nunca hay escasez de energía femenina, sólo una resistencia a recibirla, a confiar en ella y a abrazarla.