Los estados de ánimo y las
opiniones femeninas son como los ciclos del tiempo atmosférico.
Cambian continuamente, son severos y suaves, y no tienen una única
fuente.
Ningún análisis servirá. No hay una cadena lineal de causas y efectos que pueda llegar al núcleo del «problema».
No hay problema, sólo una tormenta, una brisa, un cambio de tiempo repentino. Y las causas de estas tormentas son las subidas y bajadas de presión en los sistemas del amor.
Cuando una mujer siente que el amor fluye profundamente, su mal humor puede evaporarse instantáneamente dando paso a la alegría, independientemente de las razones que ella le atribuya.
Ningún análisis servirá. No hay una cadena lineal de causas y efectos que pueda llegar al núcleo del «problema».
No hay problema, sólo una tormenta, una brisa, un cambio de tiempo repentino. Y las causas de estas tormentas son las subidas y bajadas de presión en los sistemas del amor.
Cuando una mujer siente que el amor fluye profundamente, su mal humor puede evaporarse instantáneamente dando paso a la alegría, independientemente de las razones que ella le atribuya.