La dirección en la vida es
una prioridad masculina, incluso en las relaciones íntimas.
Un hombre menos maduro espiritualmente puede decir a su mujer: «i0 ami manera o puerta!»
Un hombre que está en proceso de crecimiento suavizará su determinación y buscará un acuerdo con su mujer, asumiendo el papel del señor «amabilidad».
Pero un hombre superior no se conformará con menos que con la más plena encarnación de amor de la que tanto él como su mujer sean capaces. Con compasión, él va descartando todo lo accesorio, exigiendo autenticidad y humor. Es como si estuviera diciendo a su mujer: «El camino divino o puerta!»
Es la misma insistencia masculina en marcar la dirección que exhibirá un hombre más débil. Pero, en lugar de insistir en que su mujer siga su dirección personal, el hombre superior quiere que ella siga la dirección que más la ayude a crecer en amor y en felicidad.
Él no se conformará con menos.
Un hombre menos maduro espiritualmente puede decir a su mujer: «i0 ami manera o puerta!»
Un hombre que está en proceso de crecimiento suavizará su determinación y buscará un acuerdo con su mujer, asumiendo el papel del señor «amabilidad».
Pero un hombre superior no se conformará con menos que con la más plena encarnación de amor de la que tanto él como su mujer sean capaces. Con compasión, él va descartando todo lo accesorio, exigiendo autenticidad y humor. Es como si estuviera diciendo a su mujer: «El camino divino o puerta!»
Es la misma insistencia masculina en marcar la dirección que exhibirá un hombre más débil. Pero, en lugar de insistir en que su mujer siga su dirección personal, el hombre superior quiere que ella siga la dirección que más la ayude a crecer en amor y en felicidad.
Él no se conformará con menos.