Lo masculino crece con los
retos, pero lo femenino crece con las alabanzas.
Un hombre debe expresar abiertamente y sin recato su aprecio por su mujer.
Sé pródigo en tus alabanzas.
Un hombre debe expresar abiertamente y sin recato su aprecio por su mujer.
Sé pródigo en tus alabanzas.